• La Facultad de Comunicación Social, con sede en Guayaquil y también en Quevedo, creó La Unidad de Titulación con el fin de que los egresados de cada carrera puedan obtener su título después de 6 meses de haber salido de la universidad.
  • “La Bella y la Bestia sobre ruedas”, fue denominada la propuesta de navidad por el club de patinaje Bisanti Pesántez, ubicada en la Av. Francisco de Orellana, junto a las piscinas de Jorge Delgado.
  • El trabajo de un sombrero, demanda mucho esfuerzo y tiempo, Don Jouberth aclara que los más fáciles requieren un lapso de 15 a 60 días, sin embargo uno extra-fino puede llevar hasta 10 meses, y su valor oscila entre $150 hasta los $2000 respectivamente.
  • Un drone puede llegar a costar desde $100 hasta los $3500, todo esto según para el uso que se tenga planeado con el mismo, los multicópteros ya sean de 4 u 8 motores pueden permanecer en el aire, alrededor de 20 minutos.
  • Aniceto Barrero de 56 años, abrió su local llamado “Grande, Grueso y K-bezón”, que se dedica a la venta de varios piqueos, en la ciudad de Guayaquil.
  • Aarón Torres de 18 años, intenta replicar el nombre de Acción Poética Guayaquil, con murales al sur de la ciudad.
  • La lucha libre es un deporte de espectáculo e incluye disciplinas de combate así como de artes escénicas, Iván Bustamente debutó a los 15 años, y adquirió el nombre de "El Cuervo".

lunes, 12 de diciembre de 2016

Los sombreros de paja toquilla ‘plato fuerte’ en exportación.


 
Entre las calles Primero de Mayo y Av. Quito, se esconde uno de los locales más antiguos de la ciudad de Guayaquil, ahí se comercializa desde hace varios años, los sombreros finos de paja toquilla de Montecristi, Jipijapa, Manabí, que le han dado tanto valor como identidad al Ecuador.

Pero esto no fue siempre así, en sus inicios, las personas los reconocían con el nombre de “Panama Hat”, esto después de que el expresidente de los Estados Unidos Teodoro Roosevelt  en el año de 1906, saliera en una foto, con un admirable sombrero de paja de toquilla maniobrando los controles de una máquina en los trabajos de construcción del Canal de Panamá, fue así que los medios de ese entonces lo catalogaron de esa forma, sin conocer el origen real detrás de ellos.

Jouberth Barberán Vélez de 80 años, quien se encuentra a cargo del almacén ‘Sombreros Barberán’, relata que su trabajo lo ha realizado desde que era muy joven, aun cuando el Sucre se consideraba en el País y lograba que sus obras fueran reconocidas.

La paja toquilla es un tubérculo que se cultiva en las provincias de Manabí, Esmeraldas, Guayas y Santa Elena, pues la misma debe ser sembrada en suelos húmedos para que el producto final sea de excelente calidad. Esta palma tiene hojas anchas que alcanzan los dos o tres metros de largo, y en su interior se encuentran las hojas de color blanco, las mismas que son perfectas para la elaboración de los sombreros.

Un sombrero es confeccionado por lo menos con doce cogollos de toquilla, uno medio con 20 a 25, uno fino con 30 a 35; y para uno extra-fino entre 48 a 58 cogollos. Todo esto se diferenciará en las ‘vueltas’ que se observe en un sombrero, porque de ello dependerá su calidad y entre más vueltas contengan, su precio aumentará.

El trabajo de un sombrero, demanda mucho esfuerzo y tiempo, Don Jouberth aclara que los más fáciles requieren un lapso de 15 a 60 días, sin embargo uno extra-fino puede llevar hasta 10 meses, y su valor oscila entre $150 hasta los $2000 respectivamente.

Don Jouberth, cuenta que todo su trabajo se lo debe a su papá Carlos Barberán, gracias a él y su constante lucha por varios países, el sombrero de paja toquilla fue reconocido al Ecuador, él se percató que Estados Unidos compraba los sombreros a Panamá y a Cuba, por lo que decidió explicarles su procedencia y una mejor negociación para que importaran directamente desde nuestro país, así no sólo ellos ganaban, sino también el producto artesano.

La mayor satisfacción de Don Jouberth, es haber visto sus sombreros en personajes no solo del país, sino del extranjero, entre ellos, al fallecido presidente Galo Plaza Lasso, al secretario ruso Nikita Kruschev, al tenor Luciano Pavarotti, y hoy por hoy hasta la reconocida cantante y actriz ‘Thalía’.

A los sombreros, se les debe colocar la respectiva cinta, el cuero que va en el interior y si el cliente lo solicita, se lo ‘bloquea’  o mejor dicho, se le da forma. Barberán, ha sido reconocido por la Junta Nacional de Defensa del Artesano, quien desde hace décadas premia su esfuerzo al no dejar morir tan noble trabajo.

Entre los modelos que pueden existir de este sombrero, se encuentran;  el Montecristi, Brisa, Cuenca liso, Cuenca varias randas, Ventilado, Calado, Tropical y Torcido, los mismos que pueden ser de diferentes y vistosos colores.

En el año 2012, el tejido tradicional de paja toquilla del Ecuador fue reconocido por la UNESCO, como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, ya que refleja la cultura ancestral y milenaria de nuestros pueblos.


Hasta la actualidad Don Jouberth no tiene una cantidad exacta de cuántos sombreros ha vendido, pero lo que si no olvida, es que miles de ellos han pasado por sus manos o mejor aún, han sido exportados a Perú, Venezuela, Francia, España, Italia y un sinnúmero de países que no logra recordar.


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Los drones revolucionan las producciones audiovisuales


¿Te has imaginado volar un drone? Pues hoy en día, eso ya no parece tan difícil, estos pequeños aparatos voladores no tripulados y manipulados a través de un control remoto, permiten a sus pilotos recorrer grandes distancias en busca de vídeos e imágenes que no pueden ser captados desde el suelo.

En Guayaquil, 9 jóvenes decidieron buscar un proyecto cómodo y que se adaptara a ellos, hace un año adquirieron un drone, con la idea de practicar la promoción de publicidad colgante, pero esto fue desestimado cuando tuvieron en sus manos el pequeño artefacto, que simplemente podía cargar su peso y el de una cámara.

Josué Sandoval de 31 años, economista y quien labora en otras funciones de lunes a viernes, optó por comprar el drone de la marca china DJI PHANTOM 3, él relata que se sorprendió al conocer que éste resultaba ser mejor que otras en el mercado, como por ejemplo de Estados Unidos o España.

Después de estar al tanto de las capacidades de la aeronave, decidieron poner en marcha un nuevo plan, así nació ‘Drone Service’, encargada de filmar y fotografiar diferentes actividades para los cuales son contratados. Entre estos, resaltan la producción de vídeos promocionales para las empresas INPROEL, KARCHER y SYLVANIA que actualmente lo desarrollan y promueven en sus redes sociales.

“Nuestra empresa en sí se llama ‘Built Money’, de ahí sacamos varios proyectos y analizamos cuál de ellos es el más factible, en este caso ‘Drone Services’ resaltó entre los demás” explica Manuel Olvera de 33 años.

Un drone puede llegar a costar desde $100 hasta los $3500, todo esto según para el uso que se tenga planeado con el mismo, los multicópteros ya sean de 4 u 8 motores pueden permanecer en el aire, alrededor de 20 minutos.

“Todo el mundo puede volar un drone, pero pilotarlo y filmar, es ahí donde se complica”, así lo explica Carolina Rosado de 30 años y quien es ingeniera en auditoría, pues para ella, se debe tener ciertos conocimientos de planos, ángulos, y una que otra espontaneidad que surja en el momento.

El drone, quien es manejado desde tierra por el control de mando, se adapta a un Smartphone, el mismo que debe tener instalada la aplicación DJI GO, la cual permite visualizar lo que el drone capte desde el cielo. De igual forma se requiere actualizar el Firmware (programa informático) que es el que controla los circuitos electrónicos del dispositivo. 

En la actualidad los drones son regulados por la Dirección General de Aviación Civil, que en el mes de septiembre del 2015, sacó la resolución N° 251  y en su artículo número 1, prohíbe la utilización de los drones en espacios aéreos controlados, estos son aeropuertos, aeródromos o bases aéreas militares.

Asimismo se plantea una altura máxima de 122 metros sobre el terreno, y las horas de operación que son comprendidas entre la salida y puesta del sol. No obstante, se exige la compra de una póliza de seguro, que asciende desde los $3000 hasta los $5000, para precautelar la seguridad de terceros.

Galo Larenas de 32 años y Lohana Lema de 30, ambos con carreras diferentes, como especialista en marketing e ingeniera en sistemas respectivamente, son quienes aconsejan a los clientes sobre la duración de los videos, puesto que para las redes sociales lo recomendable es un minuto y para proyectar entre las mismas empresas o eventos, se lo desarrolla hasta un máximo de 5.

El valor que puede costar una filmación con drone, oscila entre los $300 hasta los $1200, dependiendo de lo que la institución o el medio ameriten. Grabar en 4k o HD, son las opciones por lo que una tarjeta de memoria especial requiere instalarse, esto se debe más por la velocidad en la que se filma, que por el peso de la misma.

Antes de emprender vuelo, lo primordial es perder el miedo, así lo indica Álvaro Verdesoto, ingeniero mecánico de 31 años, pues al pilotarlo muy alto, la gente se desespera y tiende a descontrolarlo.

La revolución de estos dispositivos ha sido tal, que en cada competición exigen la asistencia de los mismos, por ello, han creado su propio distintivo llamado el ‘Kiss Drone’, donde las féminas son alcanzadas por la máquina y deben lanzarle un beso a la cámara, para que este luego se aleje rápidamente.

El trabajo que llenó sus expectativas como grupo, fue cubrir un clásico del astillero y una competición de veleros en Salinas, donde de manera trágica, su primer dron chocó contra una vela y cayó al mar, pero esto no los desanimó, sino que a la vez los hizo tomar conciencia de los riesgos de cada producción.

Su futuro es avanzar de las producciones audiovisuales y estiman que muy pronto su área de trabajo estará, en la construcción de edificios, en el sector agrícola, así como el de la ingeniería.


Los encuentros de estos jóvenes emprendedores, los realizan cada miércoles en la ciudadela La Perla, frente a la autopista Narcisa de Jesús Morán, allí planean mediante un guion lo que se realizará en el día de grabación, pues como lo aseguran, harán que la marca de cualquier empresa, llegue tan alto como su imaginación.


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domingo, 13 de noviembre de 2016

Los 'muertos vivientes' realizaron Caravana.


Más de 300 personas asistieron  a la caminata zombi, denominada “The Mallking Dead” por el centro comercial Mall del Sol. El recorrido que inició en el parque triangular Atarazana, atravesaba la avenida Leopoldo Benítez Vinueza y concluía en la puerta secundaria de la Av. Joaquín Orrantia con una Yincana entre sus asistentes.

Desde las 14:00 decenas de personas llegaban con sus disfraces, los mismos que causaban revuelo y asombro entre los demás, por el contrario otros, llevaron su set de maquillaje para poder traer a sus personajes favoritos a la realidad.

Verónica García de 40 años, se presentó con su hija Rafaela de 10, ambas con atuendos pocos comunes, pues su estancia ahí se debió a su fanatismo por los zombis, cada año se esmera por mejorar su disfraz y este no era la excepción; con gasas, pintura, papel higiénico y tres horas de trabajo, personificaron a dos chicas arrolladas por un auto.

Otro de los visitantes y quien era asediado por la multitud en afán de tomarse una foto, era Tomás Vélez de 40 años, su atuendo una mujer que recientemente había dado a luz a un niño y este había desagarrado su estómago, era el preferido por los turistas. Asimismo relató que le llevó 5 horas vestirse y que no había probado bocado alguno en todo ese tiempo, lo importante como asegura él, era desestresarse de toda una semana de arduo trabajo.

Las horas transcurrían y cuando el reloj marcó las 15:00, los zombis se tomaron las calles, entonces comenzaron a adoptar la postura de sus personajes, algunos arrastraban los pies, alzaban las manos, gritaban y gemían, pero sin decir palabra alguna, pues como buenos zombis, exigían cerebros, carne y sangre humana.

Geanina Almeida de 27 años, era la organizadora de toda la programación, aunque por momentos corría de un lado hacia el otro por motivos de planificación, dio a entender que con este eran 6 años de la caminata, de igual forma constató que los policías resguardaran a los presentes, y que los agentes de tránsito municipal cerraran las calles por donde iría la multitud.

Manos ensangrentadas, rostros desfigurados y vestimenta desgarrada, desfilaban junto a los vehículos a quienes esquivaban con cuidado para no mancharlos con sus cuerpos. Desde las oficinas, que se encontraban en lo alto de los edificios, se apreciaban los saludos, los gritos de apoyo, las miradas inciertas y muchos pequeños gritando porque asumían que lo que estaba ocurriendo era real.

A este encuentro también llegó el club de Fans de The Wallking Dead a quienes por ningún motivo los dejaron respirar de las fotos, sin embargo se dieron el tiempo de compartir con cada uno de los espectadores. A sus 28 años, Daniel Morán da a vida a ‘Dyral’, un personaje conocido por matar zombis y quien él, por su faceta de Cosplay lo personificó y construyó una ballesta totalmente de cartón por la seguridad de los demás.

Del mismo modo encontramos a Jairón Solorzano (28) y Edgar Estupiñán (20), quienes se convirtieron en “El Gobernador” y “Negan” respectivamente, su amor por la serie, los llevó a fabricar los instrumentos con los que se caracterizan, una carabina hecha de cartón y pintada de forma que se asemejaba a la verdadera, o en cambio un bate de béisbol con alambre de púas (falso) en su parte más gruesa, encantó al público en general.

Al llegar a la puerta secundaria del centro comercial después de 45 minutos, izaron una pancarta que marcaba el fin de la caminata, tiempo después escogieron a 15 zombis para participar en la yincana y que agarraran a los participantes llamados ‘sobrevivientes’, los mismos que debían atravesar obstáculos como pallets, sacos de tierra, llantas, cintas de peligro y rescatar objetos dentro de los muñecos, todo esto para concluir en una celda y tratar de abrirla con un juego de llaves en 25 segundos.


Al final del encuentro, los zombis fueron premiados con entradas al cine, el público quedó satisfecho por poder expresar su afición aunque sea una vez al año, y en sus mentes esperan que el siguiente, sea mucho mejor.







sábado, 29 de octubre de 2016

Las Casas del Terror se toman Guayaquil.


Hace pocos días escuché que el miedo es bueno si uno se siente seguro, pero porqué traigo esto a colación, pues porque cada año en el mes de Octubre las “Casas del Terror” son las más solicitadas por los ciudadanos en las diferentes partes del Ecuador.

Aunque la tradición de “Halloween” no pertenece a nuestras raíces, cada año aumenta el número de adeptos a esta celebración, por ende los centros comerciales, los parques y cualquier otra área se convierte en el lugar idóneo para abrir e instalar estas terroríficas estructuras.

Tomás Jiménez, de 26 años, quien es el encargado de la casa del terror ubicada en el Malecón Simón Bolívar justo en la entrada del portón Colón, y quien ya viene trabajando por un largo tiempo en este espacio, cuenta que los visitantes entran por un rato de diversión y de adrenalina, aunque la idea original sea el terror.

150 personas en un día normal acuden al lugar y cancelan la entrada que tiene un costo de $4, el porcentaje se incrementa cuando es un fin de semana o un día feriado donde asisten hasta el doble de lo mencionado.

Gissella Montesdeoca quien es la dueña y diseñadora de “Zombie Attack”, como se denomina a la casa del terror, precisa que tomó 3 días en armar la escenografía y aclara que ya lleva 5 años produciendo este tipo de actividad en la misma área.

Un recorrido normal puede durar entre 4 a 5 minutos, pero esto cambia cuando los participantes al entrar y quedar impactados por lo espeluznante del lugar, no desean avanzar y tienden a agredir a los personajes, así lo narra Jossy Murillo quien labora como “Zombie” dentro de la casa.

Cada grupo que entra está constituido de 6 o hasta 10 personas, todos ellos deben sujetar una soga y acompañar al guía para atravesar los pasadizos y salones con los que cuenta el sitio.
Ya en el interior, se encontrarán a más de 15 actores que personifican a los ‘Zombies’, entre ellos se encuentran Joao Farfán de 25 años, David Guzmán de 19, entre muchos más. Todos ellos con el único objetivo de asustar y causar pánico a los turistas.

Alisson Morán de 20 años y Rossy Valencia de 14, decidieron aventurarse en este peculiar recorrido, ambas al salir como rayos de la última puerta, debido al acecho de un hombre con motosierra, no pudieron expresar muchas palabras, sin embargo las dos, entre gritos y un par de lágrimas, manifestaron el terror que causó cada uno de los personajes y entre bromas, aseguraron volver a entrar.

Este año, la casa del terror cambió, no solo en su fachada que ambienta con los árboles del Malecón, sino con ideas traídas del exterior, por ejemplo, túneles inflables que dan la percepción de paredes cerrándose, un puente colocado estratégicamente para simular un abismo, entre otras maravillas que se han propuesto innovar.


Jiménez, hace la invitación a todos aquellos que desean pasar un momento de terror en sus vidas, pues sus puertas estarán abiertas hasta la primera semana de noviembre y su horario de 14:30 a 22h0O. Asimismo nos deja la invitación en su red social, #casadelterrormalecon2000, y asegura que hasta el más valiente, pegará un grito en la sala.





sábado, 30 de julio de 2016

ROW, una revolución contra las cuerdas.



La lucha libre es un deporte de espectáculo e incluye disciplinas de combate así como de artes escénicas, su historia comienza en los carnavales del siglo XIX cuando se hacían demostraciones de fuerza física, luego con el pasar de los años evolucionó y ya en muchos países de América solo se la considera como un deporte de entretenimiento, sin dejar de lado, los riegos que atraviesan.

En Ecuador, la lucha libre es bien vista por el público, son millones los fanáticos y otros la han llevado a un nivel más alto que ese, debido a esto, en las instalaciones del TopGym de la Alborada, norte de la ciudad de Guayaquil, existe la industria ROW (Revolutions of Wrestling), dedicada a enseñar este deporte a decena de chicos y organizar de igual forma, eventos de luchas.

Iván Bustamante de 30 años es su fundador, su carrera comenzó cuando apenas tenía 15 años de edad, luego un año más tarde debutó contra las cuerdas, fue ahí donde supo que esto llegaría a ser su profesión y jamás se alejó de ello. Como todo buen luchador debió generarse un sobrenombre, recuerda que su maestro le propuso que consiguiera un personaje, y al ser él muy flaco pocos le quedaban. “Soy un buen lector de cómic, y una vez leí el de “El Cuervo”, era de contextura delgada como yo, encajaba perfecto en mí, por eso lo escogí”, relata a cerca de su ídolo.

Para completar su vestimenta, “El Cuervo” debe maquillarse, sombrearse los ojos, pintarse la cara y vestir apropiadamente, él ha pertenecido a varias industrias, por esta misma razón sus contrincantes no solo han sido compatriotas, sino también luchadores de otros países, no tiene ninguna pelea en especial, pues al preguntárselo, su rostro se ilumina al rememorar todas sus luchas y asegura que cada una de ellas es su favorita.

A su academia llegan chicos y chicas con ganas de aprender, todos ellos con una misión, ser cada día mejores y porque no, ser como una de las superestrellas de la WWE (Worl Wrestling Enterteiment), radicada en Estados Unidos.

Entre sus alumnos está Julio Gorozabel, quien personifica al "Tornado Rojo", su afición la adquirió desde pequeño cuando veía la televisión, de ahí su admiración por “Rey Misterio” (un luchador oriundo de México, pero que adquirió su fama cuando llegó a la WWE) y ahora que tiene 27 años le llama mucho la atención formar parte de este mundo. Él ha invertido mucho en lo que quiere llegar a ser, su traje le costó $140, que incluía botas a su medida, traje y una máscara para no revelar su identidad.  "Es más complicado de lo que la gente cree, se necesita jerarquía, habilidad, de lo contrario te puedes lesionar", afirmó.

El ganarse un nombre no es tan fácil, se necesita valor, fuerza, perder los miedos y ante todo profesionalismo, hay que recordar que al ring no todos pueden llegar, su estructura se basa en 4 postes que están rodeados por cuerdas de acero reforzados con una capa de hule, su base está compuesta de tabloides, metal y una capa de lona forrada con hule, la cual debe ser minúscula con el fin de no fracturar los tobillos.

En la misma área encontré a “Macabro” un joven de cabello alborotado, de contextura gruesa y con un poco de afición a ser comentarista de luchas, sin embargo esto solo lo hace con sus compañeros cuando ellos están entrenando.  Su nombre es Kevin Estrada, posee 19 años y hace dos tomó la decisión de formar parte de los combates, su vida está marcada entre las Artes Plásticas y el ingreso a la Universidad de las Artes.

Por otro lado Bustamante menciona que cada entrenamiento es importante, lo jocoso es haber tenido estudiantes que van el primer día y al siguiente ya no vuelven, su cuerpo no los deja, el dolor de extremidades es total, Alejandro Sánchez quien personifica a "Siniestro", relata que eso le sucedió a él, sin embargo no se rindió y ya lleva dos años persiguiendo su sueño. Ahora que posee 23 no desea detenerse, su admiración recae en “The Undertaker” e invita a todos al ring, para que sientan en carne propia lo que asumen es ficción.

Los entrenamientos pueden durar entre 15 a 20 minutos, los combatientes salen sin respiración, bañados en sudor, con ganas de hidratarse, Walter Castro (23) quien estudia medicina en la Universidad de Guayaquil, asegura que su sueño fue pertenecer a una importante industria de la lucha, relata que al principio no contaba con la ayuda de sus padres, entonces se escapaba y se dirigía a los entrenamientos, "todo salía bien, hasta que tuve una lesión y no pude ocultarla, esa fue la razón por las que mis padres se percataron, tiempo después lo aceptaron" asi cuenta "Snake" como es conocido arriba en las cuerdas.

Ahora Bustamante con más de 15 años de carrera, quien ha conocido de cerca las derrotas, pero más las victorias, ha dejado de lado los enfrentamientos para dedicarse más a su hija, esposa y a la carrera de Producción Audiovisual y Cine que cursa en el IGAD, pues las luchas han dejado lesiones en sus articulaciones, por consiguiente trata de transmitir a las futuras generaciones todo su conocimiento.


Por último, una de las frases que más sobresalió fue escucharlo explicar, “No decides ser luchador, a veces las cosas te encuentran, quería ser un Star (Estrella) porque se vuelven Héroes”, y concluyó diciendo; “Para hacer esto, se necesita pasión, además de estar un poco loco”.


Jóvenes rescatan paredes del Sur de Guayaquil, por medio de la poesía.



Guayaquil se poetisa.


“El primer poema que leí fue la sonrisa de mamá” o “Tengo su nombre donde debería estar mi corazón”, son unas de las tantas frases que Aarón Torres, de 18 años, intenta replicar con el nombre de Acción Poética Guayaquil, al sur de la ciudad.

Pero Acción Poética se remonta a México de 1996, cuando el poeta Alanis Pulido reflejó sus obras, poemas y pensamientos, a través de un mural, de ahí miles de jóvenes se han impuesto plasmar sus ideas en distintas localidades.

“Se empezó este movimiento debido a mi deleite por la lectura y quería tratar de hacer algo diferente, comunicar mis gustos, no solo enriquecerme con la lectura yo, sino compartirla con los demás”.

Torres, comenzó a pintar solo en abril del año pasado, pero a medida que pasaron los meses, más chicos fueron sumándose a esta labor. En total son quince jóvenes que se reúnen antes de concretar una de las paredes. Por lo general, se colocan frases de escritores como Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, o también artistas musicales, entre ellos, Calle 13. Lo que se busca es que las mismas, lleguen a la conciencia del transeúnte.

Los muros que son elegidos, deben poseer parámetros, como que hayan sido grafiteados durante mucho tiempo o que los mismos den una mala imagen al barrio. Solo así, existiría una variación, es decir, que cuando las personas concurran estas calles, se note el trabajo realizado.

Los murales pueden llegar a costar entre $10 a $15, los mismos que son asignados a un galón de pintura blanca, un bote de pintura negra, pinceles, brochas y bebidas para quienes conforman la agrupación. De ahí, el tiempo que les toma realizar el trabajo, lo promedian en un máximo de 3 horas, pues deben dejar que la pintura blanca se seque para continuar con las letras.

No obstante, como dice Aarón, quien estudia Gestión Empresarial en la Universidad de Guayaquil, les pueden caer bien a todo el mundo, pues saben que existe una diferencia entre grafitis pertenecientes a alguna pandilla y lo que ellos hacen, aun así, su mejor recompensa es una sonrisa o hasta felicitaciones por parte de quienes los apoyan.

Ana Belén Valero de 19 años, quien estudia Ingeniería Civil y forma parte del club, asegura sentirse libre al trazar un mural, porque puede expresar cómo se siente o lo que piensa, además de cristalizar lo que es el mundo, la vida, todo esto por medio de la poesía. “Hay personas que se sienten identificadas, es lo que te impulsa a seguir haciéndolo”.

Al inicio o hasta hace muy poco, las pinturas eran compradas con sus fondos, ahora cuentan con el apoyo del Vicegobernador del Guayas, quien los contactó para que sigan creando. “Nos financian las pinturas e intervenimos en lugares que son manejados por ellos, como CEPRODIS, que es un edificio en la AV. 25 de Julio diagonal al Riocentro Sur, que siempre había pasado garabateado y en este momento vamos a trabajar ahí”.

Al igual que para esta institución, el Colegio Francisco de Orellana les abrió sus puertas, en los exteriores, han pintado 4 murales con frases como “Podrás encontrar el amor”…  y a su costado menciona: “A la vuelta de la esquina”, esta es una de las expresiones que cuenta con mayor aceptación por lo estudiantes.  “Esperamos que la juventud se dé cuenta que puede hacer algo diferente, que puede marcar un cambio, lamentablemente es una época muy difícil por las drogas, entonces demostrar a los chicos que se puede disfrutar de la juventud, sin ningún vicio”.

Otra de las integrantes es María Cristina Valero, ella tiene 17 años y se encuentra cursando la especialidad de Contabilidad en el colegio, manifiesta que le agrada todo lo que tenga que ver con la poesía o la lectura, y lo que hace, lo considera una forma de llevar a los demás a ésta; sin bien reconoce que existen frases que alegran el día, otras por lo contrario, logran que reflexiones solo examinándolas con atención. “Llevo a las personas lo que me gusta, de una forma diferente” concluyó.

Actualmente Acción Poética Guayaquil, posee más de 30 murales por todo el sur, de ellos, uno ha sido garabateado con grafitis sin sentido, pero el mismo está en proceso de restauración. 

Torres, afirma ser ídolo del Barcelona S.C, y al cuestionarle si conocía las Ordenanzas Municipales y lo que tiene que ver con las multas a quienes afecten el ornato de la urbe, alega haber querido contactarse con el Municipio, lastimosamente aún no lo ha conseguido, puesto que su intención no es el de dañar bienes, sino más bien culturizar a la gente.


Por último, lo que intenta Acción Poética Guayaquil, es expandirse por toda la urbe, ya no sólo el sur. Asimismo esperan la integración de más jóvenes a su actividad. “Tratamos de que Guayaquil se convierta en una zona cultural, ¡que falta mucho! Y creemos que las cosas grandes, empiezan de cosas muy pequeñas que pueden marcar un gran cambio”.

Los encebollados enamoran a Guayaquil




“Deme uno pepa” es así como se refieren cuando deciden degustar el plato tradicional de Guayaquil, porque en sus fiestas se rememora lo que hace grande a esta ciudad. La pregunta que se hace es, ¿qué representa a un guayaquileño? Pues muchos aseguran que es su gastronomía, pero de entre tantos platos, hay uno que sobresale, que se prueba con delicia, ya sea por su aroma, su colorido o por su inconfundible sabor, no es otro que el encebollado.

Este alimento viene desde años atrás, a partir de la época de la colonia cuando apenas llevaba yuca, pescado salado y un poco de cebolla, pero el tiempo pasó y sus ingredientes así como su clientela aumentaron.

Sin embargo, se cree que se popularizó en la década de los 60, iniciando por el suburbio de Guayaquil, en las carretillas donde se transportaba el caldo en baldes enlozados, servido con cucharones y platos de igual material.

Un ejemplo de aquello es Gavino Moya de 56 años, ambateño de nacimiento, pero “guayaco” en todo su esplendor, él lleva 48 años preparando el plato más grandioso de la ciudad, sus inicios fueron con su mamá, quien con una mesita y un fogón a leña vendían este alimento al frente de la puerta número uno del Cementerio General.

Gavino, como lo llaman todos sus clientes y esto por referencia a su picantería ubicada en la 13ava, entre Maldonado y Calicuchima, reconoce que cuando tenía 13 años comenzó a trabajar solo, en ese tiempo vendía dos baldes enlozados repletos de encebollado, lo que significaba 120 platos al día.

Su gusto por la comida y además por la cocina, lo llevó a seguir innovando su plato, ya no quería ser el típico encebollado que se vendía en cualquier esquina, por lo que comenzó a fusionar su creación con las frutas, primero probó con la papaya, dando un resultado poco acogedor, luego la piña verde fue su segunda opción, logró darle un sabor único, pero no el que esperaba, así que siguió probando y le introdujo el limón, lo que para él fue la peor idea, pues al calentarlo su amargura fue tal, que la descartó por completo. Cuando estaba a punto de rendirse, intentó mezclarlo con el maracuyá, el sabor fue tan delicioso que hasta el día de hoy, lo sigue sirviendo y sus comensales admiran y aprecian su invención.

Él ha participado en varios eventos, el que más recuerda es el del “Mundial del encebollado”, aunque no lo pudo ganar, su talento salió a relucir, hoy por hoy vende entre 100 a 250 platos de lunes a domingo de 8:00 a 16:00.

Al guayaquileño se le ha hecho tradicional comerse un encebollado a cualquier hora del día, ya no funciona solo como un desayuno, sino que además no cae mal servírselo como almuerzo o merienda. Sus complementos como el chifle, el tostado, la porción de arroz o el pan, no pueden faltar. Una gaseosa, un jugo de naranja o de limón para disfrutarlo mejor.

Todos los que ofertan este plato tienen su secreto, al preguntárselos y decir si nos lo pueden contar, aseguran que ya no lo es, pues sus clientes siempre se los preguntan y ellos responden amablemente, porque saben que su secreto no está en decir el ingrediente, sino en cómo prepararlo.

Este es el caso de Martha Angélica Cujilán de 58 años,  ella es oriunda de Milagro, pero se considera guayaquileña de corazón por tantos años que ha vivido en este cantón. Su historia aguerrida como cualquier otra, empieza por la falta de trabajo que en ese entonces a los tres meses se terminaba. “Yo no sabía cómo se hacía el encebollado, pero como trabajaba para un amigo que tenía una picantería por Junín y Boyacá, me dejó una base de la preparación del plato”, aseguró.

En 1983, con una mesita a fuera de donde alquilaba, comenzó a vender su encebollado, esto gracias a la idea de su mamá (Sofía Aragonés), al principio vendía entre 5 a 10 platos, lo que no la desmotivó, sino que siguió adelante y actualmente tiene su local llamado “El pez volador” entre las calles Aguirre y José Mascote, el mismo que ganó hace dos años la Estrella Culinaria de Oro, concurso realizado por el Municipio de Guayaquil, en donde tuvo que enfrentarse con otros 30 locales más.

Pero en qué radica su preparación, pues doña Martha tiene un ingrediente que le ha dado satisfacción. Probó con la yerba buena y con la albahaca, pero solo le daba un sabor igual o parecido al de los demás, a pesar de ello no deseaba eso, fue entonces que después de probar un consomé con Jengibre, decidió insertarlo en su plato, este tallo grueso, de olor aromático, sabor acre y picante, fue lo que resultó el componente ideal para toda su producción, lo que hoy en día representa que sus clientes lleguen por montón.

Aunque doña Martha estudió enfermería y también para ser modista, cuenta que nunca se imaginó vendiendo encebollado, no obstante se siente feliz de hacer aquello, porque en su local labora la mayoría de su familia, aunque su horario es de lunes a domingo de 9:00 a 15:00 y esto sin contar las horas previas de la preparación, precisa que no cambiaría nada en su vida.


Gavino y Martha son dos luchadores guayaquileños, no por haber nacido aquí, sino por haber dado tanto a una ciudad que no les pedía nada. Así es Guayaquil, cuna de ensueño y de trabajadores, donde sus habitantes acogen a todos por igual, no hacen distinción, ni mucho menos exigen algo a cambio. Hoy en sus fiestas, que más que rendirle un homenaje, comiendo un delicioso encebollado. ¡Buen provecho!

“Captar la atención de jóvenes que se encuentran en formación, es un desafío”


Entrevista a Rodrigo Cisternas

Decano de la Facultad de Comunicación Mónica Herrera – Casa Grande

Con 25 años en la docencia y publicista de profesión, Rodrigo Cisternas ha dedicado la mayor parte de ese tiempo a los estudios, a su haber destacan tres maestrías, una en publicidad, otra en educación y una más en Antropología, por lo que ahora cursa su doctorado en Publicidad y Relaciones Públicas. Su trabajo como decano de la Facultad de Comunicación Mónica Herrera, la ha sabido manejar con su grupo de colaboradores en el año y medio de gestión que acarrea. Su propuesta de realizar conversatorios para estudiantes de comunicación, lo ha llevado a nombrar a este, el año del periodismo.

Es un año excepcional en materia de la comunicación, ¿por qué la Facultad de Comunicación Mónica Herrera en Casa Grande, lo considera el año del periodismo?

No existe una razón en particular; ha sido una decisión para fortalecer la carrera, el periodismo es relevante para cualquier facultad de comunicación, y aunque suene curioso, el periodismo está en la boca de los periodistas. Pero una razón interna, es porque la Universidad Casa Grande, está lanzando la primera maestría de periodismo en Guayaquil.

La idea de los conversatorios, ¿cómo surgió?

En enero fue nuestro primer encuentro con periodistas de Latinoamérica, lo hicimos con la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), nosotros fuimos sede para un trabajo que se hizo con periodistas de Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, Colombia, Venezuela y Ecuador, que no era un encuentro de estudiantes, sino entre estos profesionales, en donde se realizaría un trabajo sobre el periodismo ciudadano que estará próximo a salir. Y con este evento se dio la iniciativa de realizar muchos más.

¿Qué fue lo más difícil de planear encuentros en donde los estudiantes centraran su atención?

El tema de la selectividad, en que aquello que se interesan mucho y lo que no, creo que captar la atención en jóvenes que se encuentran en formación es un desafío, no porque decidieron estudiar periodismo, es decir que todo les interesa, nosotros tratamos de abarcar diferentes temas para que ellos sepan por cuál guiarse.

¿Estos conversatorios fomentan las destrezas de los estudiantes?

Se forma en ellos referentes, van conociendo gente que está metida en el medio y de a poco se van sumergiendo en el mismo. Todo esto debe ser permanente, porque la formación de destrezas es por la acumulación de estos encuentros.

¿Qué estrategias llevó a cabo para gestionar los conversatorios?

Pues floreció del área de Relaciones Públicas, del Departamento de Vinculación y también de alumnos que se encuentran cursando los últimos años de la carrera. Todos ellos proponen ideas e iniciativas sobre lo que podría ser o no, un buen tema a debatir en un panel. Es decir que este es un proceso bastante dinámico y participativo.

¿Cuántos conversatorios se espera cumplir en el año?

En este primer semestre, hemos realizado seis y ahora se viene el de los Juegos Olímpicos, éste va hacer el último porque pronto se terminarán las clases, de ahí viene este nuevo proceso de reuniones, de captar ideas y evaluar lo que hemos realizado con los conversatorios, y ya para el segundo semestre se manejan propuestas como talleres de audiovisual, edición de audio, edición periodística, las plataformas virtuales y periodismo digital.

¿Cómo decano de la facultad cuáles son los retos que espera afrontar?

Ante todo, estar siempre a la vanguardia en la formación de futuros periodistas en estos nuevos contextos de la comunicación. Porque con las redes sociales se cree que todos podemos ser periodistas, pero sigo pensando que no es así, el periodismo es toda una profesión que requiere de mucha información, conocimiento y de arte, de cómo cuentan historias de manera apasionante. Es decir, yo como periodista debo hacerlo de una manera responsable, contrastarlo, buscar la mejor manera de transmitirla.

¿Cree que es el mejor año para el periodismo?

No es solo el mejor año, sino que hoy estamos viviendo una época en donde el tema de tener buena información, es clave, y aunque suene como cliché, información hay demasiada, no obstante, el formularla de manera oportuna y correcta, esa es la misión de un buen periodista.

¿Ha visto algo por superar en la antigua jurisdicción?

Es bueno reconocer lo que se ha hecho en la facultad, por algo tiene su prestigio, y es un poco pretencioso decir que voy a superarlo, más bien me planteo mis propias metas, qué puedo proponer, y lo que yo no quiero hacer es algo de Rodrigo Cisternas, sino una cosa de equipo al que yo pertenezco, porque yo hago una facultad con un gran conjunto, y muchas de las cosas que se hacen es de la iniciativa de ellos.