sábado, 30 de julio de 2016

ROW, una revolución contra las cuerdas.



La lucha libre es un deporte de espectáculo e incluye disciplinas de combate así como de artes escénicas, su historia comienza en los carnavales del siglo XIX cuando se hacían demostraciones de fuerza física, luego con el pasar de los años evolucionó y ya en muchos países de América solo se la considera como un deporte de entretenimiento, sin dejar de lado, los riegos que atraviesan.

En Ecuador, la lucha libre es bien vista por el público, son millones los fanáticos y otros la han llevado a un nivel más alto que ese, debido a esto, en las instalaciones del TopGym de la Alborada, norte de la ciudad de Guayaquil, existe la industria ROW (Revolutions of Wrestling), dedicada a enseñar este deporte a decena de chicos y organizar de igual forma, eventos de luchas.

Iván Bustamante de 30 años es su fundador, su carrera comenzó cuando apenas tenía 15 años de edad, luego un año más tarde debutó contra las cuerdas, fue ahí donde supo que esto llegaría a ser su profesión y jamás se alejó de ello. Como todo buen luchador debió generarse un sobrenombre, recuerda que su maestro le propuso que consiguiera un personaje, y al ser él muy flaco pocos le quedaban. “Soy un buen lector de cómic, y una vez leí el de “El Cuervo”, era de contextura delgada como yo, encajaba perfecto en mí, por eso lo escogí”, relata a cerca de su ídolo.

Para completar su vestimenta, “El Cuervo” debe maquillarse, sombrearse los ojos, pintarse la cara y vestir apropiadamente, él ha pertenecido a varias industrias, por esta misma razón sus contrincantes no solo han sido compatriotas, sino también luchadores de otros países, no tiene ninguna pelea en especial, pues al preguntárselo, su rostro se ilumina al rememorar todas sus luchas y asegura que cada una de ellas es su favorita.

A su academia llegan chicos y chicas con ganas de aprender, todos ellos con una misión, ser cada día mejores y porque no, ser como una de las superestrellas de la WWE (Worl Wrestling Enterteiment), radicada en Estados Unidos.

Entre sus alumnos está Julio Gorozabel, quien personifica al "Tornado Rojo", su afición la adquirió desde pequeño cuando veía la televisión, de ahí su admiración por “Rey Misterio” (un luchador oriundo de México, pero que adquirió su fama cuando llegó a la WWE) y ahora que tiene 27 años le llama mucho la atención formar parte de este mundo. Él ha invertido mucho en lo que quiere llegar a ser, su traje le costó $140, que incluía botas a su medida, traje y una máscara para no revelar su identidad.  "Es más complicado de lo que la gente cree, se necesita jerarquía, habilidad, de lo contrario te puedes lesionar", afirmó.

El ganarse un nombre no es tan fácil, se necesita valor, fuerza, perder los miedos y ante todo profesionalismo, hay que recordar que al ring no todos pueden llegar, su estructura se basa en 4 postes que están rodeados por cuerdas de acero reforzados con una capa de hule, su base está compuesta de tabloides, metal y una capa de lona forrada con hule, la cual debe ser minúscula con el fin de no fracturar los tobillos.

En la misma área encontré a “Macabro” un joven de cabello alborotado, de contextura gruesa y con un poco de afición a ser comentarista de luchas, sin embargo esto solo lo hace con sus compañeros cuando ellos están entrenando.  Su nombre es Kevin Estrada, posee 19 años y hace dos tomó la decisión de formar parte de los combates, su vida está marcada entre las Artes Plásticas y el ingreso a la Universidad de las Artes.

Por otro lado Bustamante menciona que cada entrenamiento es importante, lo jocoso es haber tenido estudiantes que van el primer día y al siguiente ya no vuelven, su cuerpo no los deja, el dolor de extremidades es total, Alejandro Sánchez quien personifica a "Siniestro", relata que eso le sucedió a él, sin embargo no se rindió y ya lleva dos años persiguiendo su sueño. Ahora que posee 23 no desea detenerse, su admiración recae en “The Undertaker” e invita a todos al ring, para que sientan en carne propia lo que asumen es ficción.

Los entrenamientos pueden durar entre 15 a 20 minutos, los combatientes salen sin respiración, bañados en sudor, con ganas de hidratarse, Walter Castro (23) quien estudia medicina en la Universidad de Guayaquil, asegura que su sueño fue pertenecer a una importante industria de la lucha, relata que al principio no contaba con la ayuda de sus padres, entonces se escapaba y se dirigía a los entrenamientos, "todo salía bien, hasta que tuve una lesión y no pude ocultarla, esa fue la razón por las que mis padres se percataron, tiempo después lo aceptaron" asi cuenta "Snake" como es conocido arriba en las cuerdas.

Ahora Bustamante con más de 15 años de carrera, quien ha conocido de cerca las derrotas, pero más las victorias, ha dejado de lado los enfrentamientos para dedicarse más a su hija, esposa y a la carrera de Producción Audiovisual y Cine que cursa en el IGAD, pues las luchas han dejado lesiones en sus articulaciones, por consiguiente trata de transmitir a las futuras generaciones todo su conocimiento.


Por último, una de las frases que más sobresalió fue escucharlo explicar, “No decides ser luchador, a veces las cosas te encuentran, quería ser un Star (Estrella) porque se vuelven Héroes”, y concluyó diciendo; “Para hacer esto, se necesita pasión, además de estar un poco loco”.


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